
Seguramente hay un rumbo posiblemente y de muchas maneras personal y único.
Posiblemente haya un rumbo seguramente y de muchas maneras el mismo para todos.
Hay un rumbo seguro y de alguna manera posible.
De manera que habrá que encontrar ese rumbo y empezar a recorrerlo. Y posiblemente habrá que arrancar solo y sorprenderse al encontrar, más adelante en el camino, a todos los que seguramente van en la misma dirección.
Este rumbo último, solitario, personal y definitivo, sería bueno no olvidarlo, es nuestro puente hacia los demás, el único punto de conexión que nos une irremediablemente al mundo de lo que es.
Caminos que no se pueden esquivar. Caminos que habrá que recorrer si uno pretende seguir. Caminos donde aprenderemos lo que es imprescindible saber para acceder al último tramo.
Para mí, estos caminos inevitables son cuatro:
El primero, el camino de la aceptación definitiva de la responsabilidad sobre la propia vida, que yo llamo
El camino de la Autodependencia 1
El segundo, el camino del descubrimiento del otro, del amor y del sexo, que llamo
El camino del Encuentro 2
El tercero, el camino de las pérdidas y de los duelos, que llamo
El camino de las Lágrimas
El cuarto y último, el camino de la completud y de la búsqueda del sentido, que llamo
El camino de la Felicidad.
Quizás estas Hojas de Ruta puedan servir a algunos de los que, como yo, suelen perder el rumbo, y quizás, también, a aquellos que sean capaces de encontrar atajos.
Ojalá nos encontremos allí.
Querrá decir que ustedes han llegado.
Querrá decir que lo conseguí también yo…
Jorge Bucay.