La rueda de la vida, PDF, Elisabeth Kubler

Tenemos que ser realistas, no somos inmortales físicamente, somos aves de paso, debemos regresar de donde vinimos, por ese motivo no podemos aferrarnos a la vida, si, debemos tener afán por descubrir el motivo de nuestra estancia aquí, en este plano físico.

La rueda de la vida, PDF, Elisabeth Kubler

Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer en la Tierra, se nos permite abandonar nuestro cuerpo, que aprisiona nuestra alma al igual que el capullo de seda encierra a la futura mariposa.

Llegado el momento, podemos marcharnos y vernos libres del dolor, de los temores y preocupaciones; libres como una bellísima mariposa, y regresamos a nuestro hogar, a Dios.

La vida es ardua. La vida es una lucha, es como ir a la escuela; recibimos muchas lecciones. Cuanto más aprendemos, más difíciles se ponen las lecciones.

Durante toda la vida se nos ofrecen pistas que nos recuerdan la dirección que debemos seguir. Si no prestamos atención, tomamos malas decisiones y acabamos con una vida desgraciada. Si ponemos atención aprendemos las lecciones y llevamos una vida plena y feliz, que incluye una buena muerte.

Todas las personas procedemos de la misma fuente y regresamos a esa misma fuente.
Hay que aprender a amar. Todas las penurias que se sufren en la vida, todas las tribulaciones y pesadillas, todas las cosas que podríamos considerar castigos de Dios, son en realidad regalos. Son la oportunidad para crecer, que es la única finalidad de la vida.

No se puede sanar al mundo sin sanarse primero a sí mismo. Si estamos dispuestos para las experiencias espirituales y no tenemos miedo, las tendremos, sin necesidad de un gurú o un maestro que nos diga cómo hacerlo. Nacemos de Dios; eso es lo que nos da el conocimiento de nuestra inmortalidad. Debemos vivir hasta morir. Nadie muere solo.

Es importante que hagamos solamente aquello que nos gusta hacer. Podemos ser pobres, podemos pasar hambre, podemos vivir en una casa destartalada, pero vamos a vivir plenamente. Y al final de nuestros días vamos a bendecir nuestra vida porque hemos hecho lo que vinimos a hacer.

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